Como se ha venido haciendo a lo
largo de este segundo año, la economía es un punto de vital importancia para
entender el desarrollo de un suceso histórico. En el caso del Renacimiento, la
economía va íntimamente ligada al desarrollo político, y son tres puntos los
que trataremos en esta exposición: la aparición del capitalismo, el desarrollo
de la industria marítima y la aparición de los bancos.
Aparición del
Capitalismo
Gracias al resurgimiento del
comercio, que ya se mencionó en las causas, un nuevo conjunto de ideas
políticas y económicas hizo su aparición en Europa: el mercantilismo. Consistió
en una serie de medidas que se centraron en tres ámbitos: las relaciones entre
el poder político y la actividad económica; la intervención del Estado en esta
última; y el control de la moneda. Pero el mercantilismo, al necesitar de
dinero para su realización, vino de la mano con un nuevo sistema económico: el
capitalismo.
Para comprender la diferencia del
capitalismo al mercantilismo, podemos aclarar que es un sistema económico y
social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la
importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los
recursos a través del mecanismo del mercado. Así, plantea una clara diferencia
al sistema económico feudal: en el feudalismo, son lazos de vasallaje los que
obligaban al trabajador a efectuar sus actividades, mientras que en el
capitalismo, el capital, es decir, el dinero, sirve para impulsar al trabajador
a realizar sus actividades. También ofrece una gran alternativa para permitir
el ascenso social casi imposible en la Edad Media, pues a más trabajo hay más
dinero, y a más dinero, se permite una mejor calidad de vida.
Hay que aclarar que, en una
economía agrícola-comercial como la del Renacimiento, la muy necesaria mano de
obra que venía siendo oprimida desde la Edad Media se vio atraída a trabajar
más y mejor, provocando que se desenvuelva un crecimiento económico realmente
grande en Europa. Los Estados Modernos de cuyo surgimiento hablamos hace pocos
minutos fueron claves para el desarrollo del capitalismo, pues este sistema les
resultaba efectivo para mantener control en los territorios sin necesidad de la
intervención de señores feudales, provocando que su uso se extendiese por
muchos de estos territorios, como España, Inglaterra, Francia, Países Bajos,
entre otros.
La importancia del capitalismo en
el renacimiento es crucial: además de ser una cualidad del renacimiento en sí
mismo, el crecimiento económico derivado del capitalismo es clave para poder
entender la aparición del mecenazgo, y, a través de este, del grandioso
movimiento artístico renacentista.
Desarrollo de la
Industria Marítima
A finales de la Edad Media, el desarrollo del comercio
necesitó un vehículo crucial que le permitiese darse, y el elegido fue el
barco. Tras la Primera Cruzada, el establecimiento de estados cruzados le
brindó a Europa cierta seguridad en el Mediterráneo, permitiendo el surgimiento
de ciudades comerciales como Venecia y el resurgimiento de Constantinopla como
una de ellas. Sin embargo, la abandonada industria marítima requería de nuevas
tecnologías para afrontar los nuevos tiempos: así, el Reino de Portugal
desarrolló la carabela y la carraca, el Reino de España reintrodujo la vela
latina, se redescubrieron los conocimientos de los antiguos griegos, entre
muchos otros avances.
Así, las bases estaban sentadas para la Era de los
Descubrimientos, que se desenvuelve, en su mayoría, durante el Renacimiento.
Esta etapa, como su nombre lo indica, se refería al descubrimiento de nuevas
tierras en diversos puntos del mundo, y los conocimientos que estos permitieron
llevar a Europa fueron, junto a la caída de Constantinopla, una gran fuente de
información para los renacentistas que tanto la requerían. Uno de los más
grandes descubrimientos de esta etapa fue el continente americano por parte de
Cristóbal Colón, o la llegada al Maluco por parte de Juan Sebastián Elcano, el
sucesor de Fernando Magallanes.
La expansión marítima sería la antesala lejana del
imperialismo de finales del siglo XIX. Muchos imperios, especialmente España,
aprovecharon estos importantes avances para establecer grandes estados de
ultramar: Portugal tomó Brasil y las Azores, Inglaterra algunas islas
atlánticas, Países Bajos ciertas islas caribeñas, Francia tomó Haití, y la gran
potencia del momento, España, tomó casi todo el continente americano y muchas
islas del pacífico.
Sí, algo así hicieron Colón y los demás... |
Se podría decir que este movimiento fue crucial en el
Renacimiento porque estos navegantes fueron los sucesores de aquellos grandes
griegos que se aventuraron a explorar el Mediterráneo e incluso Hispania,
usando sus conocimientos y complementándolos con sus nuevas experiencias. Fue,
sencillamente, una recuperación más del mundo clásico.
Aparición de los
bancos
Un banco, también conocido como entidad de crédito o entidad
de depósito es una empresa financiera que se encarga de captar recursos en la
forma de depósitos, y prestar dinero, así como la prestación de servicios
financieros. Su historia es tan antigua como la civilización: en Mesopotamia,
antes de la invención del dinero, ya habían particulares que prestaban granos a
diversos trabajadores de la Media Luna Fértil. Sin embargo, hacia el siglo III,
el Imperio Romano dejó de utilizar los servicios bancarios pues podían ser
clasificados como usura.
Durante las cruzadas, la religión no fue suficiente para
cubrir las necesidades económicas que estas guerras religiosas tenían, y en
ciudades como Génova reaparecieron los bancos para poder brindar apoyo a estas
guerras. En 1156 se tienen las primeras evidencias contundentes de operaciones
bancarias, como el préstamo de 115 libras genovesas que dos hermanos pagarían a
su llegada en Constantinopla en 460 bezantes, pero realmente las evidencias
apuntan a que durante la Primera Cruzada ya se estaba reactivando la actividad
bancaria.
Es notabilísimo el hecho de la aparición de los bancos
modernos, es decir, instituciones y no particulares, como parte exclusiva del
Renacimiento. En 1406 abre sus puertas en Génova el Banco Di San Giorgio, y
pronto la mayoría de ciudades renacentistas, como Pisa, Florencia o Venecia
contarían con su propia institución bancaria.
Asimismo, estas actividades bancarias permitieron en muchas
ocasiones realizar expediciones parte de la Edad de los Descubrimientos, pues
los navegantes recurrían a estos préstamos para poder financiar exploraciones.
Comentarios
Publicar un comentario