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El cenit del renacimiento: las ciencias y las artes.


Ciencia y Arte
Todos los avances y los hechos anteriormente descritos requirieron de un marco teórico y tecnológico sobre el cual fundamentarse: la ciencia y el arte, la gloria del Renacimiento. El Renacimiento retornó a Europa a su senda de desarrollo dejando atrás el parcial estancamiento medieval y dándole una oportunidad de continuar con el progreso científico.
Medicina y Anatomía
Empezando en el campo de la ciencia, hay que notar que ciertos expertos consideran el Renacimiento como un aletargador en el progreso debido a que fijó más su atención en la filosofía y el arte frente a la filosofía natural. Sin embargo, la medicina y la anatomía fueron grandiosamente desarrolladas durante el Renacimiento gracias a expertos como Andrés Vesalio o Alberto Durero.
La antropometría moderna aparece de la mano de Durero, introduciendo el concepto de la inexistencia de un modelo anatómico único debido a la diversidad de los humanos y, por lo tanto de su anatomía. Este avance sería crucial para defender a la civilización frente a nuevas pandemias, permitiéndole estudiar al cuerpo más de cerca. Además, en el campo de la cirugía, el suizo Paracelso publicó diversos tratados del tema, buscando la menor intervención en el paciente para privilegiar la curación natural frente a la artificial, especialmente en heridas, luxaciones y fracturas.
En la anatomía, muchos médicos consideran a un anatomista renacentista como el más grande de todos los tiempos: el belga Andrés Vesalio, quien en 1543 publica su obra “Sobre la estructura del cuerpo humano”, en la que incluye numerosísimas láminas muy acertadas y da cuenta de un grandioso conocimiento de todos los sistemas del cuerpo.
Astronomía
El Renacimiento sirve de enlace entre los descubrimientos astronómicos de los antiguos, realizados a ojo, y los nuevos métodos de investigación. El gran protagonista de la astronomía es Nicolás Copérnico, quien realizan excelentes observaciones y plantea revolucionarias hipótesis.
Copérnico publicó en 1543, el año de su muerte, el libro “Sobre los giros de los orbes celestes”, en el que establece que los cinco planetas descubiertos hasta la fecha y la Tierra revolucionaban alrededor del sol. Este modelo fue tomado en cuenta por el papa Clemente VII y, realmente, no encontró una fuerte oposición en la iglesia católica, que la recibió sin mucho revuelo y la conocía desde 1533, cuando ya Copérnico tenía desarrollada buena parte de su teoría. Se dice que el cura polaco no quería publicar sus teorías no por miedo a la crítica religiosa, sino mejor dicho a la revolución y el impacto que causaría en el mundo científico. Su libro fue censurado más de 100 años después de su publicación, en el interludio conservador provocado por las reformas y que tuvo como víctima a Galileo Galilei.
Tras Copérnico, ya dentro del período barroco, que, como mencionamos al inicio de la exposición algunos consideran parte del renacimiento, surgen Tycho Brahe, Galileo Galilei y Johannes Kepler, todos revolucionarios astrónomos cuyos descubrimientos siguen en vigencia el día de hoy. Sin embargo, para mantener coherencia con la exposición y no excedernos de lo necesario, no profundizaremos en sus descubrimientos, al no ser renacentistas.
Astrónomo Copérnico, de Jan Matejko (1873)

Cartografía
La cartografía es clave en el Renacimiento, pues la Era de los Descubrimientos requirió notablemente de esta rama para desarrollarse. La cartografía es la ciencia que se encarga del trazado y el estudio de mapas geográficos.
Durante la Era de los Descubrimientos que se estableció antes, los marinos requerían obtener toda la información posible sobre las tierras a las que se aventuraban antes de ir a ellas. Así, surgen las cartas de marear, es decir, mapas con rutas navales y trazados preliminares de las nuevas tierras.
Cartógrafos notables de esta época son Américo Vespucio, Abraham Ortelio y Mercator. En el siglo XVI los mapas fueron más precisos y tuvieron mayor información. En ellos, se puede observar, además del Mar Mediterráneo y el Mar Negro, las costas del Océano Atlántico al norte, al sur el estrecho Gibraltar, y una representación de África del Norte con las islas descubiertas. En estos mapas se indican con mayor precisión las orientaciones y cabos, con ángulos bien definidos y se dibuja una estrella de 16 puntos semejando una rosa de los vientos que fue utilizada  por los navegantes.
Autoría y fecha desconocida.

Desarrollo de la Imprenta
Sin duda, un vehículo crucial para la expansión de los ideales renacentistas fue el libro impreso, que se desarrolló a partir de 1440 con la invención de la Imprenta por parte de Johannes Gutenberg.
Gutenberg era un alemán, nacido en 1383, que había estudiado los secretos de la xilografía, el antecesor a la imprenta. Sin embargo, en 1440, Johannes Gutenberg decide plantear una alternativa al laborioso y frágil proceso que era la xilografía, y crea la imprenta. La imprenta es un método mecánico destinado a reproducir textos e imágenes sobre papel, tela u otros materiales. En su forma clásica, consiste en aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre unas piezas metálicas para transferirla al papel por presión.
La invención de la Imprenta supuso una facilidad grandiosa a la hora de crear libros, y desde su creación supuso un acto revolucionario: Gutenberg imprimió la Biblia de 42 líneas, imponiendo un acto de rebelión frente a la prohibición medieval de difundir la biblia o de leerla si no se era un clérigo. Al poco tiempo tenía 100 biblias encargadas, y un empresario llamado Johann Fust le apoyó económicamente, pero luego lo engañaría y se atribuiría a sí mismo el invento.
Aunque Gutenberg murió en la ruina, vivió lo suficiente para apreciar la gloria de su invento, y sin él, probablemente el Renacimiento no hubiese sido lo que fue: la difusión de las artes fue importantísima a la hora de que este proceso histórico se diera.
Resultado de imagen para imprenta renacentista
Imprenta europea en el siglo XV. Autoría
desconocida.

Escultura Renacentista
La escultura parte del estudio directo de los modelos clásicos y del naturalismo de la gótica italiana, inspirada a su vez en la antigua clásica. Distingue a la escultura del Quattrocento un acento realista, que se eleva al máximo en los bustos-retratos, frente al Cinquecento, que se deja llevar por un deseo de idealización y grandiosidad. Se advierte también el gusto por el desnudo, enteramente clásico. Los materiales preferidos son el mármol y el bronce, los materiales nobles de la antigüedad. La técnica de la fundición del bronce alcanza una extraordinaria perfección. La labra en mármol consigue efectos de sutil refinamiento, especialmente en el relieve. En Florencia se generaliza un material de barro cocido, que a veces se pinta o se vidria.
El artista abandona el anonimato y tiene conciencia de su libre capacidad creadora, aunque los temas le vengan impuestos por los encargos. En cada obra renacentista vemos prácticamente un estilo individual. El hombre y la naturaleza son los protagonistas de este arte.
A la muerte de Juan Pisano, el centro de la escultura renacentista pasó a la ciudad de Florencia, cuyos maestros, plenamente conscientes de su misión, inspirándose en el natural y en los modelos clásicos, limpian el estilo renacentista de este lastre medieval, aun tan manifiesto en el período anterior. En siglo y medio, partiendo de una escultura como la pisana, no sólo terminan dominando el relieve, el bulto redondo, el retrato de busto y ecuestre y cultivando los más diversos temas, sino que hacen evolucionar el estilo hasta terminar en el de Michelangelo.
Los mejores ejemplos de la Escultura del Renacimiento son el David de Michelangelo, admirado a nivel mundial como una de las mejores esculturas existentes, el Hércules y Anteo de Antonio Pollaiuolo y el Gattamelata de Donatello. Hay que aclarar que la escultura renacentista no tuvo policromía en ningún momento a diferencia de la griega, y que el enfoque que se le está dando en esta exposición es exageradamente superficial para la extraordinaria complejidad de la escultura renacentista.
Así te vería el David de Michelangelo (1504) si llegaras
a decir que no es una genialidad de escultura.

Arquitectura Renacentista
La arquitectura renacentista, posterior a la gótica, busca, al igual que la escultura, la perfección y la belleza idealizada. Su filosofía es similar a la del resto de las artes, buscando imponencia e imitando a los estilos grecorromanos.
Los elementos en los que se sustenta son el muro y la columna, permitiendo soportar el excesivo peso de los materiales usados, es decir, ladrillo, mármol y madera. Sus muros eran gruesos y resistentes, permitiendo que la mayoría de edificios construidos en la época se mantengan en un admirable estado de conservación hasta el día de hoy. Tenía un estilo similar a la arquitectura escultórica, pues las disciplinas eran auxiliares y se llegaban a fusionar las tres artes en un único edificio, como lo es la Basílica de San Pedro.
La arquitectura renacentista se divide en tres períodos. El primero es el estilo plateresco, entre el Trecento y mediados del Quattroscento, que combina la arquitectura gótica con la grecolatina y llega a un extremo de ornamentación como en la entrada de la Universidad de Salamanca o la iglesia de la Garrovilla, ambos en España.
El segundo período es el estilo purista, el cual se imponen una serie características donde se pueden observar edificios más serenos y armónicos a la par de equilibrados, lo cual nos induce a un estilo más ortodoxo y depurado. No cuenta con tanta ornamentación, y la gloria de este estilo se encuentra en el palacio de Carlos V en Granada.
Finalmente, a finales del siglo XVI, hace su aparición el estilo herreriano, especialmente en España. Este estilo tiene un rigor geométrico equiparable al griego, y se encuentran numerosas igualdades matemáticas en sus medidas. Tiene un aire monumental, como en la Catedral de Valladolid o el propio monasterio de El Escorial.
Palacio Medici Riccardi, en Florencia. Diseñado
y construído en 1444 por Michelozzo di
Bartolomeo

Pintura Renacentista
Crucial en el arte renacentista, la pintura fue el campo con una diferencia más marcada del Medievo. Se descubrieron los pliegues, la perspectiva y el fresco, alcanzando la gloria absoluta del realismo durante este período.
Italia fue el epicentro de la pintura renacentista, residiendo allí Donatello, Michelangelo, Da Vinci, Rafael, entre muchos otros. Muchas de las obras más icónicas de este período son de pintura, como la Gioconda, la Escuela de Atenas, la Creación, entre muchísimos otros. Los temas son generalmente mitológicos.
La re-Creación, 2020. Anónimo


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