A lo largo de esta exposición -y del desarrollo del blog-, que sin duda ha sido una
travesía gratificante para todos nosotros en su realización, probablemente
notaron el uso de parodias o de filtros a la hora de representar obras de arte.
También habrán notado que los siete colores utilizados para reflejar los siete
puntos reflejados son los mismos que aparecen en la pantalla inicial de la
televisión, o que en la primera diapositiva la mano de Dios está pixelizada.
Aunque podría sugerirse irrespetuosa esta estrategia,
contamos con la plena seguridad que aquellos grandes hombres del Renacimiento
harían lo mismo que nosotros, pues el Renacimiento fue un movimiento que
consistió en romper con el orden establecido en mejoras del hombre. En este
momento, lo tenemos todo para volver a renacer, considerando el resurgimiento
de pseudociencias y el estado de hipnosis que parece sacada de 1984 que
nosotros estamos sufriendo por el Internet.
Michelangelo no descartó las técnicas medievales para sus
esculturas, pero las mejoró. ¿Por qué no hacerlo nosotros? ¿Por qué no utilizar
las redes sociales, el Internet y los videojuegos como plataformas para
enriquecernos y no deteriorarnos? ¿Por qué no interpretar el Díptico del Duque
de Urbino como una foto de bodas, el David como una foto de perfil y la Mona
Lisa como una selfie?
El Renacimiento no fue malo por romper con el orden establecido,
y no siempre ese orden es bueno. Es nuestro momento y nuestra oportunidad de
renacer, de mejorar las cosas. De ser recordados como una generación de avance
y no de letargo por nuestros descendientes.
Muchas gracias por leernos y escucharnos.
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