Como en todo movimiento histórico, la filosofía renacentista
fue crucial en el desarrollo del resto de puntos, y por ello estamos dándole a
esta exposición un exquisito cierre. La filosofía renacentista tuvo tres
corrientes básicas, a veces complementadas entre sí: el humanismo, el
racionalismo y la antiescolástica.
Antes de describir minuciosamente cada una de ellas, nos
gustaría definir qué es la filosofía y qué son las corrientes filosóficas. La
filosofía, cuyo significado literal es el amor a la sabiduría, es una doctrina
que usa un conjunto de razonamientos lógicos y metódicos sobre conceptos
abstractos como la existencia, la verdad y la ética basados en la ciencia, las
características y las causas y efectos de las cosas naturales como el ser
humanos y el universo.
Por su parte, las corrientes filosóficas son las distintas
agrupaciones de filósofos que se reúnen y definen según las características
comunes y opiniones compartidas sobre filosofía. Sabiendo ello, pasaremos a
describir cada una de las corrientes:
Humanismo
Debido a sus múltiples aplicaciones, el humanismo también es
definido como humanismo renacentista. Es un conjunto de doctrinas filosóficas,
intelectuales y culturales surgidas en Europa en el siglo XIV que buscó retomar
el legado clásico de las culturas de la antigüedad e interesarse por la razón
humana y el hombre como centro del universo, dando la espalda así a siglos de
filosofía religiosa medieval que imponían una perspectiva teológica.
En el humanismo, la razón se toma desde un punto de vista
sumamente importante, y el centro del Universo es el hombre, ya no es Dios, por
lo que el humanismo se basa fuertemente en el antropocentrismo. Hay que aclarar
que el Creador seguía ejerciendo un rol fundamental en el punto de vista
humanista y en ningún momento queda descartado, pero sí se ve relegado a un
segundo plano, dejando de ser el eje del universo.
El humanismo busca el placer en el hombre, considerándolo un
referente de belleza y de perfección. Considera al trabajo como valor
primordial del ser humano, permitiendo además el comercio como manera de
desarrollo económico. En general, considera a la Iglesia como una institución
superflua, y a través del erasmismo, una corriente derivada del humanismo que
busca una espiritualidad profunda e interna, sin intermediarios de por medio.
Muchos de los grandes artistas renacentistas eran
partidarios del humanismo, como Michelangelo, Rafael, Da Vinci, entre otros. En
cuanto a los filósofos, Erasmo de Róterdam, Tomás Moro, Michel de Montaigne,
Giordano Bruno, Nicolás de Cusa, y Leonardo Bruna eran todos humanistas.
El Hombre de Vitruvio (Da Vinci, 1490) inspiró el logo de cierto colegio en Carrizal. |
Racionalismo
Es una corriente filosófica que acentúa el papel de la razón
en la adquisición del conocimiento. Contrasta con el empirismo, que resalta el
papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.
Aunque tradicionalmente se considera que encuentra su inicio
con René Descartes en el siglo XVII, el racionalismo encuentra sus raíces en el
Cinquescento, el período final del Renacimiento. Este movimiento filosófico,
primeramente propuesto por Platón y Parménides, no estaba totalmente
contrapuesto al humanismo, sino que se plantea como una fase posterior del
mismo. El concepto contrapuesto al racionalismo es el empirismo, que en vez de
la razón prefiere a las experiencias frente a la razón.
El racionalismo fue practicado por todos los filósofos
humanistas, como Erasmo, Tomás Moro, Michel de Montaigne, entre otros. El rol
del racionalismo en el renacimiento es clave, puesto que se contrapone al
empirismo medieval, lo que le da gran resonancia entre los totalmente
contrapuestos a la escolástica filósofos renacentistas.
Este GIF engloba perfectamente el significado del racionalismo. |
Antiescolástica
Durante las fases tempranas del Renacimiento, la oposición a
las doctrinas medievales es absoluta. Se sugiere, a través de las corrientes
anteriores, que la filosofía debe mantenerse alejada de la teología a pesar de
estar ligadas, y surge la antiescolástica, un movimiento de oposición a la
escolástica, es decir, una corriente teológica y filosófica medieval que
utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación
religiosa del cristianismo.
La antiescolástica fue una característica que compartieron
durante algún tiempo entre 1400 y 1546 las corrientes filosóficas renacentistas
al predicar el humanismo y el racionalismo, pues se separaron de la teología.
De nuevo, los protagonistas son los mismos.
Sin embargo, la antiescolástica no siempre estuvo separada
del humanismo y el racionalismo, pues tras la Reforma y la Contrarreforma la
escolástica resurgió y se fusionó con ambos, teniendo en este contexto como
protagonistas a Hugo Grocio y Francisco Suárez.
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